Banco de Infraestructura Asiático: Pasando La Antorcha – Day Trading Academy
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Banco de Infraestructura Asiático: Pasando La Antorcha

Inicialmente, un nuevo banco de inversión, en materia de infraestructura, parece una ocurrencia totalmente controversial. De la que se beneficiarán las naciones asiáticas, que buscan una financiación adicional. En realidad, es un proyecto que busca acabar la hegemonía occidental. El banco de Asia es una iniciativa, encabezada por China, para eludir las actuales entidades financieras, tales como el Banco Mundial, que son controladas por Estados Unidos y Europa.

 Estados Unidos ha intentado disuadir a otros países occidentales de la decisión de adjuntarse a la institución. Aun así, públicamente el gobierno norteamericano ha manifestado su apoyo a esta iniciativa, pero en privado los diplomáticos estadounidenses tratan de persuadir a las demás naciones para rechazar la participación en el banco. Los funcionarios estadounidenses, insisten en las repercusiones negativas que esto puede generar en cuanto a normas internacionales, tales como consecuencias ambientales en materia de leyes laborales e incluso transparencia bancaria. Sin embargo, está claro que la potente y principal razón será la creación de una nueva entidad bancaria, la cual no tendrá ninguna influencia directa de los Estados Unidos de América.

El presidente de China, Xi Jinping a estrechando las manos con los líderes de los pasies BRICS En El 2014 en la Cumbre del G-20. Brisbane en Australia

La “AIIB” o Infraestructura del Banco de Inversión en Asia, representa otro gran reto para el orden ya establecido por Estados Unidos de América, y en menor proporción por Europa Occidental y Canadá, en Bretton Woods en 1944. Es aquí donde el predominio el poder económico que se le habría de otorgar a Estados Unidos de América, el cual ha de mantenerse a lo largo de la historia con la fuerza monetaria que ha tenido y aún mantiene el dólar norteamericano.

A través de la Conferencia de Bretton, oficialmente conocida como la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, de la cual instituciones como  el “IMF” o Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, se originaron. Que estas reuniones se llevaran a cabo en los Estados Unidos no era una mera coincidencia. A través de estas instituciones, y otras organizaciones, los Estados Unidos y sus aliados europeos fueron capaces de controlar los mercados mundiales por los 70 años siguientes.

Panorama urbano de Shanghai China

Aun cuando China participa en estas estructuras financieras, el papel que está desempeñando con esto no es ni un reflejo cercano del crecimiento económico que presenta. China es actualmente la segunda economía más grande del mundo, y el más fuerte en términos de paridad del poder adquisitivo. La limitada capacidad de influencia que China tiene permitido en instituciones económicas mundiales, destinada por otros países occidentales, ya no es aceptable para los dirigentes chinos, lo cual es bastante obvio.

Los esfuerzos para reformar el FMI y otras organizaciones similares, no han sido muy efectivas en el Congreso de los Estados Unidos. Y no es de extrañar, ya que los americanos se muestran reacios a acoger, el creciente peso de la economía China. Por parte, China no está dispuesta esperar y depender de estas decisiones, por ende está buscando la creación de nuevas entidades y sistemas que les garantice una adecuada participación para su propio pueblo, para que desarrollen un rol con la debida importancia que merecen. Para esclarecer especulaciones, y presentar de forma menos amenazante la propuesta, China insiste en afirmar que esta nueva institución busca complementar las ya existentes, mas no competir con ellas. Tal vez sea así en un principio, pero dado el poder creciente de China recientemente, es poco probable que lo siga siendo en el futuro.

El diplomático esfuerzo estadounidense será entonces inútil. Todos los países del mundo están cuidando de manera egoísta sus propios intereses, lo cual los lleva a un ligero o gran conflicto con los Estados Unidos. Incluso el FMI ha proporcionado apoyo para el Banco de Asia, sabiendo muy bien que el este se pondrá en funcionamiento este año, independientemente de la posición de los Estados Unidos de América.

En el lado positivo de la creación de dicho banco es la disponibilidad de nuevos recursos, los cuales son necesarios para algunos países Asiáticos que ciertamente se verían beneficiados de estos fondos adicionales. Los países de la región tendrán a partir de ahora otra opción cuando busquen la manera de financiar nuevas infraestructuras. Birmania, Camboya, Vietnam, Laos, en el Sudeste de Asia, sólo para nombrar unos pocos, y otros como Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, en Asia Central, se han desarrollado a un nivel en el que necesitan prontas inversiones para continuar con su desarrollo. Estos aportes financieros podrían traer beneficios económicos muy positivos para aquellos países en expansión. Sin embargo, las necesidades económicas de estos países exceden por mucho el presupuesto planteado para iniciar la institución, incluso los presupuestos de las entidades ya existentes en la zona. Sabiendo que, se estima que en Asia por sí solo, necesita de más de $8 billones USD (Dólares de los Estados Unidos) en los próximos 5 años.

Dinamarca, Países Bajos, Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido, así como Australia, Brasil, India, Rusia, Singapur, Turquía, Corea del Sur y Nueva Zelanda, son algunas de las naciones que se han sumado a esta iniciativa, o al menos se han manifestado como comprometidas con la causa.

La financiación inicial para el banco será de $100 mil millones de dólares. De dicha suma, la mitad de la financiación ya ha sido brindada por China. Aun cuando esta suma de dinero es pequeña, esta tiende a aumentas a medida que las operaciones del banco también lo hagan. Si China sitúa esta iniciativa como una de sus prioridades, el banco no tendrá más opción que seguir recibiendo fondos.

La fecha límite para convertirse en un miembro de vigilancia de la institución, en conjunto por parte de China, caduco el pasado 31 de Marzo del 2015. Para ese momento, ni Estados Unidos ni Japón habían hecho una petición para unirse a él. Aunque, pese a esta situación, el banco estará en funcionamiento a finales del año Chino y su prestigio e influencia en Asia seguirá creciendo.

Las razones por las cuales Estados Unidos de América y Japón no insisten en apoya esta iniciativa es clara, pues en estos mismos países quienes han obstruido el camino para China en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, y ahora el Banco Asiático. La economía China continúa su crecimiento, pese a que va a una lenta tasa del 7%, lo cual requiere ciertos ajustes para incrementar este número. La especulación del crecimiento económico de China, ha aumente por encima de 2 dígitos des de la dedada de los 80’, lo cual realmente ha transformado a China. Naturalmente, a China le gustaría un poco más de reconocimiento por esta gran hazaña, el haber logrado cambiar la forma real las circunstancias anteriores.

Toree del Banco de Desarrollo de China en Shanghai.

Una comparación histórica puede hacerse fácilmente con Alemania Imperial, a finales del siglo 19 y principios de los 20, y el Imperio Británico, el cual se negó a dar cabida a la nueva potencia en ascenso. Este experimento no terminó bien. Tanto los Estados Unidos y como Japón deben reconocer que la increíble riqueza que se ha generado a través de años del superávit comercial de China necesita salidas a la inversión.

La economía de China es ya un poco distorsionada por el aumento desmedido del mercado inmobiliario y la excesiva inversión en infraestructura en algunos sectores. El Banco de Asia, es la mejor opción para China, para invertir recursos excedentes. Esto será devuelto de la mejor manera posible, sin restar el hecho de que el dinero será puesto a disposición de países ya mencionados. ¿Acaso esta actividad llevará a una mayor influencia y un mayor poder a China? La respuesta a esto es, sí, por supuesto.

También hay que señalar que los Estados Unidos han utilizado las instituciones financieras internacionales en el pasado para promover sus propios objetivos geopolíticos, a veces con resultados dudosos. Aclarado este punto, cabe recalcar que con las entidades chinas no será diferente. Habrá a veces, objetivos políticos y estratégicos que se intervienen en las transacciones del banco. Este desarrollo es inevitable, a pesar de todas las protestas por el fenómeno.

Stuart Gulliver, director ejecutivo de HSBC firma un “Memorando de Entendimiento” Con Zheng Zhijie, vicegobernador del Banco de Desarrollo de China, 10 de enero de 2011.

Para muchos los estrategas, la transferencia de poder de Europa y los Estados Unidos hacia Asia y China es una novedad preocupante. Es un proceso natural que refleja la realidad económica del planeta. En ocasiones puede haber un desfase en el tiempo, pero, en definitiva, el nuevo régimen internacional debe tener en cuenta la experiencia del mundo real. Una transferencia de riqueza en última instancia trae una transferencia de poder, como consecuencia inevitable.

Existe otra comparación histórica que es posible llevar acabo, la cual nuevamente involucra a Gran Bretaña y el ascenso al poder de Estados Unidos. Dicha transición también fue difícil, pero necesaria para el desarrollo, pues se cedieron responsabilidades para progresar, puesto que no era practico y asequible que el Reino Unido continuara asumiendo esa carga cuando era claro que no la podía sostener más tiempo, lo cual en realidad es un cambio positivo y sano. Estados Unidos ha sido un derrochador de riquezas durante las últimas décadas. Este comportamiento tiene consecuencias graves, que se ven reflejadas en la situación mundial. Lo mismo ocurre con Europa. Estas dos potencias ya no tienen los recursos financieros necesarios, para dominar los mercados del mundo, como ha sido el caso en los últimos 2 siglos, por ende ha de seguir el curso natural de la vida y pasar a la siguiente generación.

Publicado el 31 de Marzo Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman.

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