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Lo que le harán las protestas en Hong Kong a sus inversiones

Por: JEFFREY HAGENMEIER, traducción: Tomas Eastman

Como inversionista, debe entender lo que está en riesgo en el territorio de Hong Kong. Más allá de eso, es importante resaltar que entre las protestas que se están generando y la respuesta del gobierno local, es altamente probable que no haya democracia en lo que alguna vez fue una colonia inglesa; tampoco habrá capitalismo sin restricción consecuentemente en el largo plazo. La China continental seguirá presionando a las instituciones de la ciudad estatal. Las repercusiones de lo que está sucediendo se sentirá en Macao, Taiwán, y en toda la China. Esto trae el cierre de una era, donde era posible pretender que el gobierno chino estaba encaminado hacia una participación más amplia en el tema de las políticas civiles.

Los cientos de miles de protestantes corren el riesgo de iniciar una invasión en contra del estado, si se presenta el caso de que las autoridades chinas no sean capaces de contener la situación. Se suman ya el número de heridos y de arrestos mientras que el gobierno intenta restaurar el orden en las calles. Se está aplicando fuerza a lo que parece ser una dicotomía incontrolable; se están usando gases lacrimógenos y gas pimienta en contra de los tumultos, pero es muy probable que esto escale pronunciadamente si no se dispersan prontamente los cúmulos de personas.

Los disturbios en Hong Kong comenzaron debido a una decisión tomada por parte de las autoridades chinas que dictaba que únicamente los candidatos elegidos y aprobados en Beijing podrían ser elegibles para la presidencia ejecutiva de la ciudad en el 2017. El argumento por parte de los protestantes es que se anulará y se volverá inservible el sufragio universal que se les había prometido si el gobierno decide y controla quién podrá o no ser parte del mismo. Adicionalmente, se expone que el gobierno chino está violando el pacto acordado con el Reino Unido sobre el status de lo que fue la colonia perteneciente a la corona después de que fue entregada en 1997. El acuerdo incluía la promesa por parte de China que, después de ser entregada y dejase de ser colonia inglesa, esta tendría un alto nivel de autonomía.

El actual presidente ejecutivo de Hong Kong, C.Y. Leung, dijo recientemente: “China no se retractará sobre la posición que tiene acerca de Hong Kong”. Esto, por supuesto, es correcto. Cuando antes China habría dudado sobre tomar acciones en contra de Hong Kong o Macao por temas de repercusiones internacionales, ya no es ese el caso. China empieza a mostrar su poder en Asia Oriental de manera más agresiva, lo cual no se verá afectado por protestas lideradas por estudiantes en Hong Kong.

Por otro lado, los protestantes ven la presencia que aumenta por parte de las autoridades chinas y lo que eso traerá como consecuencia. Aquellos que salen a las calles a hacerse sentir y las potestades chinas presentes en Hong Kong han llegado a un impasse. Hay muy pocas posibilidades de una negociación, dada la presión de las autoridades comunistas de China, que se dirige hacia el gobierno hongkonés. Ambos gobiernos hablan al unísono aseverando que las protestas son ilegales

Ya ha habido una disrupción común en uno de los centros financieros más grandes de Asia. Esto tendrá un gran impacto sobre la economía de Hong Kong y la de sus países vecinos. La brutal respuesta por parte de las autoridades locales en contra de la población civil ha dejado en shock a la ciudad y al mundo.  Adicionalmente, es impactante ver cómo tras de haberse posicionado como una de las más justas y organizadas ciudades del mundo, y reconocida además por su manera civilizada de vida, se haya convertido en un sitio de caos y violencia. El grupo insurgente “Umbrella revolution”, o “Revolución de la sombrilla”, llamado así por lo que usan para protegerse del sol y los gases lacrimógenos, está luchando en contra de la realidad y ganando apoyo.

Es necesario mirar lo que sucedió en “Tiananmen Square” en 1989 para poder comprender lo que sucederá en Hong Kong. Cuando en una instancia Den Xiaoping hubiera dudado antes de tomar una decisión, mirando los pros y los contras de un gobierno y una represión militar en esa época, el presente líder, Xi Jinping, no tiene las mismas intenciones de ponderar el ejercer o no presión sobre la población civil. La estabilidad es sinónimo de supervivencia para el partido comunista en China, y de ninguna manera, China tolerará lo que está sucediendo en Hong Kong si continúan las protestas. China ya tiene algunas tropas en el territorio pero necesitaría aún más apoyo militar si se acrecientan los movimientos de protestas.

Lo que es más posible que haga la China es hacer subterfugio; será engañosa y  mentirosa. Así como Rusia lo implementó con la península de Crimea en Ucrania, lo mismo hará la República Popular de China con Hong Kong. Rusia envío “pequeños hombres verdes”; personal militar que no cargaba insignias que mostrara de dónde venían. En Hong Kong, esto se verá en forma de pillos armados que se infiltrarán entre los tumultos y crearán disturbios violentos de lo que han venido siendo unas protestas pacíficas. Consecuentemente, se presentará destrucción de propiedad física y habrá muertes. Esto justificará una respuesta militar por parte de China y, si es necesario, una invasión en Hong Kong. Las tropas chinas estarán allí para restaurar la ley y el orden al “estilo chino”.

Las autoridades de China continental ya están controlando la situación; está restringiendo el torrente de información proveniente de Hong Kong hacia otras partes de la China. Los medios estatales le dan poca importancia a darle cobertura a lo que sucede, e incluso se está bloqueando Instagram en el territorio chino. Las redes sociales chocan contra un “firewall” cuando se intenta conectar, la cual fue instaurada por China en el caso de presentarse disturbios de esta calaña. Por ahora, el régimen chino está satisfecho con dejar que las autoridades hongkonesas manejen la situación. No obstante, no está lejos el momento en el que si la situación se sale de control, habrá una respuesta militar por parte de China.

Si los protestantes se disipan por China continental, es preciso esperar una represión militar aún más temprano de lo estipulado. El gobierno chino considerará este tipo de actividad como un contagio. Hong Kong será aislada al principio, luego, el gobierno manejará el conflicto de manera eficiente y sin la menor consideración. El presente régimen chino teme la discusión de los derechos políticos, tanto como la disidencia y la desobediencia civil. Es un anatema de las autoridades comunistas en general.

¿Qué traerá esto para el mundo de las inversiones? Los mercados recibieron un golpe recientemente. Si las protestas se llegan a salir de control, es preciso asumir que continuará a algo mayor. El número de turistas que viajan hacia Hong Kong declinará significativamente; toda la industria del turismo se verá afectada.

Habrá, tarde o temprano, una caída en las nuevas inversiones y, si China se involucra, caerán allá también. Esto no ayudará a la economía china, la cual está bajando su ritmo de manera más acelerada que lo que desean las autoridades económicas del gobierno. Esto afectará, por consiguiente, un efecto nocivo sobre la economía global.

Taiwán verá una vez más lo que implica una relación cercana con China continental. Se espera que también el auge de independencia comience y gane fuerza.

Los vecinos de China se llenarán de ansiedad por saber que esta nación se fortalece militarmente y lo que esto significará en el futuro; Japón, Corea del Sur, Filipinas y Vietnam continuarán construyendo sus capacidades defensivas. 

El dólar hongkonés caerá en precio con respecto a otras divisas; el Yuan chino también se verá afectado negativamente.

Más adelante, los impactos y recesos chinos fortalecerán el dólar estadounidense (USD). Será, una vez más, visto como uno de los últimos bastiones de la seguridad. Los inversionistas de divisas moverán sus portafolios hacia el dólar. Y, mientras que el dólar se revalúa, las exportaciones se volverán más costosas. Esto, por consiguiente, dará un gran golpe a la doliente economía estadounidense.

Un dólar más costoso tendrá un incuantificable efecto sobre los precios de los “commodities”, o materias primas, como lo son la plata y el oro. Un número significativo de estas commodities han tenido declive en sus precios consecuentemente, debido a la baja de las economías de China y el Asia Oriental. Y, finalmente, debido a todo este conflicto, las naciones que exportan commodities como lo son Australia y Nueva Zelanda, se verán gravemente damnificadas.

Una disminución en el precio de las materias primas impactará eventualmente a aquellas naciones que dependen principalmente de las exportaciones de recursos naturales como lo son Chile, Perú, Mongolia, entre otros. Esto llevará a que los inversionistas reconsideren sus inversiones en minería y energía, en aquellas naciones como Estados Unidos, Canadá, Noruega, etcétera.

Desde que se incursionó el factor de la inestabilidad en el mundo de los costos energéticos, se deben esperar mayores repercusiones en el corto plazo y un declive para los precios del petróleo.

La incertidumbre nunca es beneficiosa para los negocios y las inversiones. Es el elemento que tanto los emprendedores como los inversionistas aborrecen. La participación de China en cualquier evento mundial es un factor influyente en la economía  global. Es por esto que es entendible que China quiera resolver la situación lo más pronto posible e involucrándose lo menos que pueda en el tema. No obstante, no puede haber un malentendido de lo expuesto. China no dejará que Hong Kong construya un nuevo rumbo que no cumpla con las metas de las autoridades en Beijing.

Es preciso esperar denuncias y expresiones de las preocupaciones del occidente, específicamente más de Estados Unidos y Reino Unido. Esto no importará. Las autoridades chinas están conscientes de que las recientes situaciones mundiales que involucran estas naciones impedirán que estas actúen en el conflicto hongkonés. Además, a pesar de su status único, la situación en Hong Kong es realmente un conflicto interno; el presidente chino ha tenido tiempo de tantear y evaluar la presente administración norteamericana. Hay una consciencia común de que habrá condenas públicas y acusaciones si llega a haber violencia y acciones militares en Hong Kong, pero no llegará a mayores.

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