Hay un buen número de analistas, y algunos inversionistas, que están insistiendo en que Rusia finalmente ha terminado su proceso y que el crecimiento económico volverá pronto. Esto se lo atribuyen a la acción reciente del Banco Central de Rusia en la reducción de la tasa de interés de referencia del 14% a 12,5%. La reducción en el costo de los préstamos llegó además con del éxito del gobierno en la subasta de bonos en abril, después de meses de su suspensión. A principios de mes, el Gobernador del Banco Central anunció que el rublo estaba nuevamente estable y Vladimir Putin, el presidente Ruso, afirmó que lo peor había sido sobrepasado en la economía doméstica. Sin embargo, estos son los políticos los que hablan. Es benéfico el tener a los inversores creyendo que Rusia ha alcanzado un nuevo equilibrio.
Las sanciones de Occidente, una moneda volátil, un estancamiento militar en curso en Ucrania, y los precios del petróleo mucho más bajos, habían causado una rápida disminución de la inversión extranjera. De hecho, el dinero estaba siendo retirado del país a un ritmo alarmante, y no sólo por los extranjeros, sino también por los rusos ricos. Como resultado, ha habido una interrupción y reducción en las empresas internacionales en el interior de Rusia.
Varias empresas extranjeras están experimentando grandes pérdidas en los ingresos. Un ejemplo notable es la industria automotriz. Hubo un tiempo en el que el mercado ruso se veía como un área de crecimiento significativo. Ahora, la mayoría de las empresas del sector están reduciéndose significativamente, o incluso parando sus operaciones como tal. La disminución en el poder adquisitivo y mayores tasas de interés han reducido sustancialmente la actividad empresarial en este sector de manera total.
La razón de la interrupción en la venta de bonos, antes de la última subasta, se dio porque no había compradores de deuda rusa disponibles. Este fue el resultado de que los inversores abandonaran al rublo de manera torrencial. En respuesta, el gobierno se vio obligado a dirigir al banco central a gastar una gran cantidad de sus preciosas reservas en moneda extranjera para mantener la economía a flote.
El rublo había caído cerca de un 40% en valor el año pasado con las sanciones impuestas en agosto, las cuales continuaron aporreando a la economía rusa y el precio internacional del petróleo, el cual es de suma importancia, cayó el 50% en su precio. El país se había vuelto muy dependiente en los últimos años en las exportaciones de energía, especialmente el petróleo y el gas natural, como forma de obtener divisas.
Ha habido una pequeña recuperación en los precios del petróleo desde el inicio de este año. Esto ha proporcionado alguna ayuda a la economía de Rusia, pero esta será limitada. A menos que haya una interrupción del suministro en el Oriente Medio, es poco probable que el petróleo siga una trayectoria ascendente en su precio, dado que Arabia Saudita sigue bombeando cantidades récord de crudo. Ese país es ahora el más grande, y con el más bajo costo de producción, de petróleo del mundo. Esto es importante, ya que se ha estimado que por cada $10 USD (Dólar Estadounidense) que cae el precio del petróleo, hay un corte en el PIB de Rusia (Producto Interno Bruto) de 2% como resultado.
El precio del crudo se ha ido incrementado este año desde los mínimos históricos de diciembre del 2014. Esto ha contribuido a permitir que el rublo se recupere en un 17% de su valor anterior. Ahora está en un valor cercano a los 50 rublos por dólar americano. Esto ha permitido que el Banco Central de Rusia reduzca la tasa de interés en 3 distintas ocasiones en el año 2015. A su vez, esto le ha permitido al gobierno el hacer un intento de hacer frente a la crisis económica de Rusia.
El mercado de valores de Rusia se ha recuperado un poco y puede ser considerado como uno de los mejores resultados de lo que va del año, pero se debe solo por el colapso de hace apenas unos meses. El gobierno central está recibiendo más ingresos de lo esperado y se ha producido una reposición parcial en las reservas de divisas. Por desgracia, es probable que se necesiten estos nuevos fondos para los rescates de diversos sectores de la economía que siguen en recesión.
Sin embargo, estos síntomas “constructivos” no constituyen en una recuperación económica global a largo plazo. El sector de la energía, el antes mencionado, y la industria minera, ya sufren por los bajos precios de las materias primas en general, y, junto con la falta de inversión en infraestructura, ha creado una crisis en la industria de la cual no es fácil salir. Además, tanto en Europa como en Estados Unidos, se está prohibiendo la exportación de tecnología avanzada para la exploración y extracción, por lo que el crecimiento futuro es poco probable. Importa enormemente, ya que la economía rusa es altamente dependiente de la exportación de recursos naturales.
Los gigantes energéticos del país están bastante endeudados y necesitarán la ayuda del gobierno central para permanecer solventes. Rosneft, un gigante del petróleo, está buscando ayuda para hacer frente a una deuda que iguala los $42 billones de dólares. Gazprom, la empresa de gas natural más grande, vio como los ingresos cayeron en un 86% entre 2013 y 2014. Esta compañía también necesitará un rescate gubernamental. La misma historia va para las otras dos empresas de energía: Lukoil y Novatek.
No es nada diferente en la industria minera. Muchas empresas de este sector están también profundamente en mora por culpa de la disminución de los ingresos y las ventas. Mechel, por ejemplo, un jugador importante en la producción de carbón, mineral de hierro y productos terminados de acero, perdió cerca del 75% del valor de sus activos en 2014. Por si fuera poco, la compañía está cargada con cerca de $6 billones de dólares de deuda, la cual pronto tendrá que ser pagada. Esta empresa emplea a más de 70.000 personas, por lo que es poco probable que el gobierno vaya a dejar que se queden sin trabajo, así que muchas de estas empresas se consideran como “demasiado grandes como para quebrarse”, bajo la actual situación económica.
Las empresas extranjeras de todo el espectro en Rusia están teniendo un momento difícil. Una moneda fuerte sigue siendo un problema para las empresas de los sectores tanto de importación como de exportación. Estas industrias se están viendo afectadas, ya que hacen parte del “régimen de sanciones”, independientemente de ser propiedad de inversores fuera de Rusia.
Todos los días, los rusos sufren con el rápido aumento de los precios, especialmente de alimentos. Un crédito sigue siendo difícil de obtener para aquellos ciudadanos que deseen hacer una inversión, o así sea para financiar cualquier cosa.
Parte del problema es la alta tasa de interés para préstamos en general. A pesar de que ahora se está reduciendo, la tasa actual del 12,5% sigue estando muy por encima del 7,5% que existía hace apenas un año. Las tasas de aplicación para los préstamos de dinero se han reducido en más de un 30%. Esto, al final, se traduce como una reducción en la actividad económica para todo el mercado.
La inflación es un problema cada vez más agobiante para muchos rusos. La prohibición de los productos agrícolas occidentales en Rusia, llevada a cabo por el gobierno, ha creado precios más altos y ha comenzado a crear escasez en varias regiones del país. La mayoría de los rusos podrían gastar cerca del 50% de sus salarios en alimentos.
Los precios de los alimentos el mes pasado aumentaron un 23,3% respecto al año anterior. La inflación al consumidor en general ya estaba en 15% en enero de este año. En febrero se aceleró a 16,7% y en marzo a 16,90%. El año pasado, por el contrario, se mantuvo por debajo del 10%, con la única excepción de diciembre, cuando se disparó hasta el 11,4% respecto al mes anterior.
Mientras tanto, el desempleo de Rusia está en un alto histórico de los últimos dos años, y va a la alza. El PIB de Rusia se contrajo un 2% adicional en el primer trimestre de 2015. Esta es una continuación del pobre crecimiento económico para el 2014, que registró un mero 0,6%, muy por debajo del 1,3% registrado en 2013. De acuerdo con el actual Banco de Rusia, se estima que la economía nacional se contraerá un adicional 3,5 ó 4% para el 2015.
La estabilización temporal de la moneda en Rusia ha aliviado parte de la presión. El Banco Central de Rusia ya no tiene que gastar enormes sumas de dinero para evitar el colapso del rublo, como fue el caso hace 6 meses. El regreso de algunos inversores internacionales a los mercados de bonos es un respiro. Estos dos cambios no lograrán una recuperación real de la economía rusa este año, la cual es la quinta más grande del mundo.
Publicado el 05 de Mayo Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman.