África, en la región sur del desierto del Sahara, tiene una población de más de 900 millones de personas. Sin embargo, esta gran región consume menos electricidad que la mayoría de los estados norteamericanos, o incluso que los países más pequeños de Europa. La energía solar podría ser la respuesta para un continente que no ha sufrido la revolución energética del siglo 20. Grandes sectores de la población todavía se basan en fuentes de energía del siglo 19. Esta falta de inversión en infraestructura es una de las razones por las que esta zona del mundo sigue atrasada en el desarrollo económico.
La población de esta parte de África se duplicará en 25 años. El uso continuado de queroseno, madera y otros productos naturales es costoso, destruye el medio ambiente, y es sumamente peligroso. Cientos de miles de personas mueren cada año en África como resultado de la falta de un sistema eléctrico moderno. La pérdida de productividad es, en gran parte, lo que mantiene a esta parte del mundo fuera del alcance de su pleno potencial económico.
Para explorar por qué la energía solar podría ser la respuesta para esta parte del mundo, todo se reduce a un simple caso de análisis de costos. La generación de energía moderna es cara. Las plantas que producen electricidad deben ser construidas a un alto costo y un sistema de red de grandes dimensiones se debe desarrollar para entregar la energía producida. Estos costes de inversión se vuelven prohibitivos fuera de las grandes ciudades. Este modelo está siendo eliminado en casi todo el mundo, ya que la generación de energía se vuelve más localizada.
Lo que hace que la energía solar sea la respuesta para las zonas rurales y en el interior de África, se basa en tres desarrollos que se están produciendo. El primero y más importante, es la rápida disminución de los precios de la generación de electricidad a partir de energía solar. En menos de 7 años, los costos se han reducido en un 75%. Se espera que esto acelere a medida que la industria se ve obligada a reducir el costo de producción, con el fin de sobrevivir bajo un período de precios bajos para los combustibles fósiles, como el carbón, petróleo y gas natural.
El segundo gran avance es en la forma de almacenar la electricidad producida a partir de la energía solar. Se están realizando importantes avances, por lo que la electricidad estará disponible para los consumidores, incluso cuando el sol no está brillando. Baterías más sofisticadas y avanzadas unidades de almacenamiento se están convirtiendo en la norma en la industria.
El tercer avance es en la propia bombilla. Las luces incandescentes tradicionales son ineficientes y poco prácticas. Gran parte de la energía utilizada por estas bombillas se utiliza en la creación de calor, en lugar de luz. Además, son frágiles y no son a largo plazo. La rápida disminución de los precios para los LED (diodos emisores de luz) ofrece una serie de nuevas características que se comparan bastante bien con la bombilla convencional. El primero es la eficiencia en la iniciación de la luz. Hay muy poco calor implicado en el proceso. La siguiente ventaja es que estos nuevos tubos están diseñados para durar mucho más tiempo. Finalmente, el LED es un tipo mucho más robusto que la bombilla en cuanto a la generación de luz.
Otra consideración es la rápida disminución en el precio de las lámparas solares. Estas ahora se pueden comprar por menos de $ 10.00 USD. Aunque esto puede todavía ser relativamente caro para los 1,2 billones de consumidores más pobres del planeta, ahora se han vuelto mucho más accesibles. El ahorro que trae el no tener fuentes de luz tradicionales, pronto se igualan con la inversión realizada en energía solar y las nuevas lámparas. Esto es sin mencionar el aumento de la productividad, ya que los individuos pueden estudiar y trabajar como resultado de tener una nueva fuente de luz confiable.
Sistemas solares más grandes pueden proporcionar electricidad para cargar celulares y otros dispositivos del hogar.
El continente africano en su conjunto ha sido bendecido en general con días soleados interminables, en muchas áreas. Sólo el desierto del Sahara, podría alimentar al mundo entero con la energía solar. La DESERTEC, establecida en 2003, es la iniciativa puesta en marcha en Alemania, que con el tiempo permitirá a África a suministrar el 15% de las necesidades eléctricas de Europa a través de la energía solar.
Marruecos ha sido un líder en el desarrollo de la energía solar. El reino comenzó un plan de $9 mil millones de dólares en 2009, que generará 2.000 MW (megavatios) de potencia para el año 2020. Dado que Marruecos es el único país con un enlace de cable de potencia a Europa, se espera que se beneficien más de la inversión europea.
Las centrales fotovoltaicas de mayor escala se están construyendo en Kenia, Ghana, Ruanda y Sudáfrica. Sin embargo, la mayor expansión está ocurriendo a nivel de las aldeas y los hogares. Aquí están las instalaciones de energía modulares de pequeña escala que permitirán que África se una económicamente al siglo 21.
La escala de la expansión y la inversión en energía solar para África es impresionante por cualquier medida. La venta de dispositivos solares está casi duplicándose sobre una base anual. Cerca de 30 millones de africanos van a utilizar la energía solar en 2015. A escala mundial, en menos de 2 décadas, se estima que más de 500 millones de personas que actualmente no tienen acceso a la electricidad, tengan al menos 200 vatios disponibles para ellos en una base diaria.
Empresas de todo el mundo ya están participando en la prestación de los electrodomésticos y bienes de consumo duraderos que se ejecutan con energía solar. Estas máquinas se pueden ejecutar con una tensión más baja y pueden ser utilizados de forma intermitente. Tener un refrigerador por ejemplo, que sólo necesita ser alimentado unas pocas horas al día y aun así cumplir su función, va a revolucionar la vida en el campo para muchos africanos.
Los grandes generadores solares de poder proporcionan agua fresca para beber y para la agricultura en grandes zonas en África. También pueden ser utilizadas para los negocios, clínicas, escuelas y oficinas. Tener zonas comunes con luz, especialmente en la calle, incrementará la seguridad y reducirá el crimen.
Existen todavía importantes limitaciones para la expansión de África como potencia en energía solar; el más grande es el capital de trabajo. Los costes de su puesta en marcha todavía pueden ser algo prohibitivos para los pequeños pueblos y granjas. Algunas formas ingeniosas se están desarrollando para superar esto, pero tendrá que hacerse más para ayudar a los más pobres del continente. Algunas de las áreas ya han comenzado a vender la energía solar como un servicio mensual, en lugar de que el cliente posea la planta de generación de energía.
Otra preocupación es la calidad de los equipos que se utilizarán para generar la energía solar. Muchos africanos no tendrían la capacidad de atender la mano de obra, la cual es de mala calidad, y los instrumentos no durarían mucho tiempo.
La última preocupación de los consumidores africanos es la cuestión de si hay voluntad para poner en marcha un suministro suficiente y la existencia de una variedad de aparatos que se pongan a disposición de toda la población. Todavía hay una escasez de aparatos que utilicen esta nueva fuente de energía. El montaje de aparatos para operar en un bajo voltaje de CC (corriente continua) de electricidad es caro y toma mucho tiempo. Sin embargo, lo más probable es que esto llegue a ser un problema menor, ya que las empresas buscan explotar este mercado en crecimiento. ¿Puede usted imaginar la demanda en África y en otras partes del mundo emergente, de un ventilador eficiente y de bajo costo que utiliza la energía solar?
Publicado el 20 de Enero Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman