La economía europea se estaba estancado en 2014. La recesión y la deflación estaban próximas para varías de las principales economías de la región, lo cual realmente le pesaba al continente.
Varios países buscaron exhaustivamente la austeridad, en un intento de reducir la deuda y llevar los presupuestos nacionales de nuevo a un equilibrio. Sin embargo, el desempleo obstinadamente se negó a disminuir, mostrando un 50% de este entre los jóvenes europeos. El crecimiento económico de Europa, se limitó a una serie de países que habían manejado sus asuntos fiscales e inversiones con cautela.
La respuesta a los problemas de Europa, según una serie de economistas, es estimulación, dada través de las tasas de interés aún más bajas, y por supuesto, la flexibilización cuantitativa. Comenzando el mes pasado el BCE (Banco Central Europeo) comenzó a comprar bonos del gobierno por valores de unos 60 millones de euros al mes, el equivalente a $ 64370 millones USD (Dólar Estadounidense). Estos se combinan con otras compras de activos, los cuales continuarán al menos hasta septiembre de 2016 y ascenderán a 1,1 billones de euros o (1,3 billones de dólares).
Pese a las objeciones de Alemania, este fue el último movimiento encabezado por Mario Draghi, el Presidente del BCE. El año pasado, una de las tasas más significativas del Banco Central Europeo había sido llevada por debajo de cero. Fue el primer banco central en implementar alguna vez una maniobra financiera tan arriesgada. Después de esto, la tasa de interés de referencia se mantiene en 0,05% durante la mayor actividad comercial.
Como resultado, el euro cayó en valor a la tasa de conversión más baja de la última década. Y a su vez pronto cayeron los rendimientos de una serie de bonos del gobierno, por debajo en territorio negativo. Los bonos del Estado ya estaban siendo comprados en el otoño de 2014. Lo anterior generó más estímulo monetario a las economías que estaban más estancadas en la euro-zona y los países aledaños.
Las naciones que pertenecen a esta colectividad, vieron en conjunto una tasa de crecimiento de sólo el 0,03% de su PIB (Producto Interno Bruto) en el último trimestre de 2014. Sin embargo, esto se debió principalmente al rápido crecimiento de Alemania. El Banco Central Europeo ha elevado la tasa de crecimiento proyectada para 2015, del 1% al 1,5%, dentro de la zona de la moneda común. La esperanza optimista es que la economía se expandirá por encima del 2% en 2017.
Esto podría ser posible si los miembros de la euro-zona utilizarán esto a su favor, y así reestructurarán sus economías. Sin embargo, se necesitan reformas que permitan más inversión y expansión de los negocios, para que estos se puedan llevar a cabo. Pero desafortunadamente, esto no está sucediendo. Utilizar estrictamente políticas monetarias, como sustituto de las políticas de reforma en la búsqueda del crecimiento, posiblemente no vaya a funcionar correctamente a largo plazo.
Una de las cuestiones que sin duda preocupa a los financieros, es si habrá suficientes bonos del gobierno de comprar, mientras que el Banco Central Europeo reorganiza sus balances en los próximos 18 meses. Con esto, las futuras compras de bonos quedarán en manos de inversionistas privados, debido a que las tasas de crecimiento para cierto número de países descenderán hasta un territorio de intereses negativo.
Otra preocupación es la actual crisis con Grecia. El nuevo gobierno de Atenas está tratando de ganar tiempo, pero, en realidad, la incertidumbre está socavando la confianza de los inversores en la economía griega. Las votaciones en Grecia buscaban desesperadamente un cambio de gobierno que acabará con la política de austeridad que se venía implementando. El error yace en esta creencia, pues aunque los políticos más conservadores han tratado de establecer en conjunto con el banco un balance en el presupuesto, el cambio no fue lo suficientemente fuerte o rápido para los votantes griegos.
El pueblo de Grecia ha presenciado cómo su nuevo gobierno vacía sus fondos de pensiones con el fin de reembolsar el FMI (Fondo Monetario Internacional), que se ha negado a ampliar el plazo de los préstamos que ahora se deben. Se ha llegado a un punto crítico, pues o bien el gobierno cumple con las demandas de sus acreedores, o Grecia se verá obligada a dejar de pagar.
Grecia se negaba a creer que esto fuera posible. El nuevo gobierno, que llevaba en el poder un poco menos de 3 meses, aseguraba en sus promesas una disminución de impuestos y un aumento en el gasto social. Pero la caída de los ingresos por sí, solo haría Grecia insolvente.
La realidad es que Grecia simplemente no posee el dinero para pagar los préstamos que había tomado para mantener el país a flote durante la crisis económica del 2008 y 2009. El gobierno anterior había gastado todo su presupuesto de programas sociales y pensiones en otros asuntos, es ahí donde nace el principio de estas deudas, pues no era asequible para ellos estos gastos con sus presupuestos.
Pero Grecia no es el único país en esta situación. Francia se había llevado su deficit presupuestario a un nivel compatible con la CE (Comunidad Europea) para Febrero. Para un balance se pidió una extensión hasta el 2017, con la expectativa de llevar el deficit público de Francia por dejado del 3% del PIB. El problema aquí es que Francia ya ha recibido 2 extensiones desde 2009. Primero bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, y la otra bajo el actual presidente Francois Hollande. Incluso los analistas más optimistas predicen una tasa del 3,8% déficit para 2015.
Esto es importante debido a que Francia tiene la segunda economía más grande de Europa. La economía francesa creció un 0,04% en 2014, la misma tasa de crecimiento que en 2013. Los nuevos pedidos a las fábricas se encuentran ahora en su nivel más alto, esto data desde el 2011; pero la producción real de fabricación sigue cayendo como lo ha hecho durante los últimos 10 meses. Probablemente se ha llegado al fondo como lo demuestran las estadísticas citadas en materia de futuros pedidos.
Por otro lado, Italia es la tercera economía más grande de Europa, y allí la esperanza es que en el 2014 vio el final de la recesión. Aún así, los italianos no han experimentado un crecimiento desde el segundo trimestre de 2011, y el aumento previsto del PIB para Italia en 2015 es sólo del 0,6%. Esta será la segunda tasa más baja de crecimiento entre los 19 miembros de la euro-zona, sólo Chipre es económicamente más lento que Italia. El desempleo de más del 12,5% y el continuo descenso de los precios al consumidor, hará esta tarea más desalentadora.
La lista continua con España, que es la cuarta economía más grande de la euro-zona. Aquí la situación ha mejorado mucho en comparación con otros países de Europa. La economía se proyecta con un crecimiento del 0,08% en el primer trimestre del año, el doble de la tasa que en la mayoría de los otros países. La meta de España es finalmente lograr un retorno de la demanda interna, esto disminuyendo los precios de consumo. La proyección de crecimiento anual es de 2,8% para 2015 y 2,7% en 2016. Esto hace que el país sea la excepción de Europa.
A diferencia de muchos otros países de Europa, la economía española creció un 1,4% en 2014. Este fue el primer crecimiento que experimentó el país desde el colapso inmobiliario en el 2008. La mayor preocupación en España es la tasa de desempleo, que era del 24% para el final de 2014. Se prevé una disminución de 22,2% este año y el 20,5% el próximo año a la tasa de desempleo. Sin embargo el desempleo juvenil en especial, se ha mantenido persistentemente alto en más de un 50%.
A pesar de todo, la última actividad empresarial en la euro-zona creció en los últimos 4 años, y pese a que fue a su propio ritmo, ya se considera ganancia. Esto se debió principalmente al aumento de los nuevos pedidos a las fábricas. A su vez la tasa de empleos también creció a un ritmo mayor desde agosto del 2011. Además, la deflación se está desacelerando, como costes añadidos finalmente están siendo trasladados a los consumidores.
Alemania es la economía más grande de Europa, también se encuentra en el cuarto puesto a nivel mundial. Lo que ocurra con Alemania es crucial para una recuperación global general de crecimiento. La producción industrial se está acercando un máximo anual, con mayor resistencia en el sector servicios también. La economía alemana creció dos veces más rápido que lo esperado en el último trimestre de 2014, a una tasa de 0.07% estelar. La pregunta ahora es, ¿será esta racha continúe en el 2015?
En el primer trimestre de 2015 se registró un crecimiento moderado del PIB en Alemania a 0,05%. Sin embargo, la confianza de los inversionistas alemanes cayó inesperadamente por primera vez 6 meses después. Muchos analistas sospechan que esto es debido a la incertidumbre de la crisis de la deuda griega. Pero realmente un mercado laboral relativamente estable, con un aumento de los salarios reales, ayudará a impulsar la demanda interna.
El mercado bursátil alemán (DAX) está en su punto más alto, con la expectativa de crecimiento de al menos un 2% este año, siendo la economía más exitosa de Europa. Otro aspecto importante es que el gobierno alemán está proyectando un presupuesto federal equilibrado en 2015. Alemania es uno de los pocos países avanzados del mundo que realmente comienza a reducir la acumulación de la deuda.
Aunque no forma parte de la zona euro, el Reino Unido también ha estado haciéndolo bastante bien. El crecimiento en 2014 fue del 2,6%, el más rápido en los países del G7 (las 7 economías más grandes del mundo avanzado). La expansión económica se prevé que baje en 2015 hasta el 2,5%, pero seguirá siendo una de las economías con más rápido crecimiento en Europa. Sólo los Estados Unidos y Canadá son los economistas donde el crecimiento será superior al 3% entre las naciones del G-7.
La economía británica va a desacelerar un poco en 2015, debido a la desaceleración de la demanda de sus exportaciones en el continente europeo. En el lado positivo, la inflación se mantendrá por debajo del 2%, lo que permite un retorno del crecimiento del salario real. Se espera que el desempleo siga disminuyendo, terminando cerca de 5% a finales de año.
El actual gobierno está pronosticando un 2 trillones libras (2980 millones dólares USD o 2780 millones de euros) en la economía para el año 2017, dejando al Reino Unido como la quinta economía más grande en el mundo.
La actividad económica en la región está siendo impulsada por los precios bajos del petróleo, una moneda más débil y el estímulo monetario del BCE a través de la flexibilización cuantitativa y, sobre todo, los métodos financieros para fomentar un mayor crecimiento.
La recuperación en Europa en su conjunto sigue siendo frágil. Los precios del petróleo no pueden permanecer en su actual rango de precios. Aunque el euro ha caído frente a las otras monedas principales del mundo, estos otros países ahora se puede esperar que vayan a tomar medidas hacia una mayor devaluación. Esto borraría la ventaja competitiva que Europa está experimentando ahora.
La relajación cuantitativa tiene límites definidos de lo que puede lograrse. Como los economistas ahora están presenciando en Japón, no puede por sí sola restablecer el crecimiento de una economía moribunda. La otra cuestión en europa, la cual sigue siendo preocupante, son los países de la zona que se han vuelto financieramente insolvente. Grecia es el país que está recibiendo toda la publicidad reciente, pero hay otros esperando en las graderías.
Otros retos esperan a Europa: Derechos de pensión sin financiación y la asistencia médica seguirán tomando un bocado más grande de los presupuestos nacionales. Finalmente, el público tendrá que saber la verdad: gran parte de lo que ha sido prometido por los políticos en el pasado no es asequible a las actuales tasas de crecimiento económico.
La demografía se ha convertido en un problema en muchos países europeos. No importa qué tan impopular la inmigración se haya convertido en un número de países; cada vez será más necesaria, mientras que la edad de trabajar mediana siga aumentando. Europa en general está envejeciendo rápidamente. Habrá una creciente necesidad de trabajadores más cualificados y más jóvenes.
El límite de aumentos de impuestos y de la regulación gubernamental de los negocios ha alcanzado su cenit, si el crecimiento ha de ser sostenible en el largo plazo. Si los europeos en su conjunto desean mantener su actual nivel de vida, el énfasis deberá estar en la promoción de nuevas inversiones y expansión de negocios. La expansión del PIB es la única manera de que Europa mantenga el consenso actual sobre la democracia social que está empezando a deshilacharse.
Publicado el 21 de Abril Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman.