La política exterior de los Estados Unidos de América, bajo la presidencia de Barack Obama, es un completo desastre y es sólo puede empeorar. En todo el mundo, los enemigos de los Estados Unidos y sus aliados están en movimiento. El colapso total del marco de la post guerra, puesto en orden por el mundo Occidental después de la victoria en la Segunda Guerra Mundial en 1945, y la Guerra Fría en 1989, es una posibilidad real en Europa.
Mientras tanto, en el Oriente Medio, las fronteras y los acuerdos están desmantelados, los cuales habían estado vigentes desde el final de la Primera Guerra Mundial en 1919. La precariedad y la incertidumbre de todo esto, eventualmente llevará a errores de cálculo y posiblemente, la guerra.
¿Qué diferencia pueden hacer 6 años? Tan solo un breve tiempo atrás, al final de la anterior presidencia, los Estados Unidos se situaba en un ápice de poder. Los enemigos del país estaban en retirada, temerosos de ser atacados por la hiperactiva superpotencia militar.
El orden después de la guerra en el Oriente Medio necesitaba una continua presencia de Estados Unidos, si había alguna esperanza de estabilidad allí. Los Estados Unidos había participado activamente en la guerra desde el otoño de 2001. Aquí entra la política exterior del novato Barack Obama en 2009.
El nuevo presidente emprendió de inmediato políticas que fueron políticamente convenientes, pero que fueron perjudiciales para mantener cualquier orden en el Oriente Medio. Esto es lo que habían estado esperando: poder tomar control. El líder de la mayor fuerza militar en el mundo comenzó a mostrar preeminencia en la región. Si no se sabía cómo reaccionarían los Estados Unidos en una situación de esta marcha, esto calrificaría muchas cosas. Ya que las antiguas manos y viejos expertos en política exterior de Washington fueron sustituidos por académicos con poca experiencia práctica, los enemigos de los Estados Unidos y de Occidente no podían creer su buena fortuna.
Mientras que el nuevo presidente recibía galardones al marcar el comienzo de una nueva era en Europa y el Oriente Medio, los más sabios líderes sabían cuál sería el resultado. La única cuestión en ese momento era qué tan rápido el Presidente Obama se daría cuenta de que los discursos y las expectativas son insignificantes si no están respaldados por acciones, y fuerza, si es necesario. Lo que estos más experimentados dirigentes no vieron, fue que la ideología de Obama impediría un reverso en la política doméstica de su nación, la cual tendrpia precedencia. Sin importar cuál fuera el problema, las consecuencias políticas nacionales fueron las que motivaron a este tipo de presidente.
Como es a menudo el caso con los políticos, quienes sobreestiman su propia inteligencia y habilidades, el presidente de los Estados Unidos dio por hecho que el estado de los asuntos internacionales podría ser manipulado para adaptarse a la política de los Estados Unidos. Él nunca entendió que las acciones, o la falta de las mismas, podría tener graves consecuencias.
Por desgracia, para el Presidente Obama, quien se ha rodeado de asesores de política exterior inexperimentados, y, lo que es peor, asesores que parecen estar viviendo en décadas anteriores, será drástico el ver qué es lo que realmente significa la palabra “política”.
El público estadounidense, al principio muy desinteresado en el tema, permitió que los medios difundieran la creencia de que este nuevo tipo de político podría por fin transformar al país a nivel nacional, y también tuviera la capacidad de modificar el orden internacional a su gusto. Demasiado tarde, los estadounidenses se dieron cuenta de que habían sido engañados. Mucho de lo que se les había prometido no fue posible y el mundo se volvió, en realidad, un lugar muy peligroso. La retirada del poder de los Estados Unidos internacional, no había hecho las cosas mejor. La retirada del poder estadounidense empeoró las cosas, ya que empoderó a sus enemigos y están al asecho.
La situación internacional ha alcanzado recientemente un crescendo en violencia y desorden, asunto que los medios apologistas y simpatizantes ya no pueden ignorar, o incluso explicar. Los estadounidenses son expuestos a diario a informes de terribles matanzas y ejecuciones de grupos grandes de personas. Especialmente sorprendente es lo que sucede a los ciudadanos estadounidenses en otros lugares del mundo.
Por último, la ciudadanía está finalmente empezando a hacer preguntas, y desean saber quién tiene la responsabilidad de lo que está sucediendo. El viejo truco de culpar a su predecesor ya no será suficiente. Después de 6 años de excusas, el público estadounidense ya no quiere oír acerca de las deficiencias del expresidente Bush; quieren saber lo que el Presidente Obama va a hacer.
Recientemente se vio al primer ministro Israelí hablando de cómo Obama pone en riesgo a su país, y cómo se vuelve turbulenta la supervivencia. No puede esperarse que los líderes extranjeros, quienes están pagando el precio de las erróneas y absurdas políticas de los Estados Unidos, bajo el Presidente Obama, permanezcan en silencio. Algunos estadounidenses podrían hacerse la pregunta: ¿cómo es posible que el presidente de los Estados Unidos esté más interesado en conversar con el gobierno autocrático de Irán que con los dirigentes elegidos democráticamente de Israel? Israel ha sido un firme aliado desde su fundación; es incomprensible.
Cualquier estudiante de historia podría haber esperado los acontecimientos que se están produciendo diariamente, y que se presentan en América y en las noticias del mundo. Los rumores de guerra están en todas partes. Muchos de los antiguos acuerdos y tratados están en ruinas, pero el elenco cómico estadounidense aparece para negar la situación.
Ya que los antiguos aliados de los Estados Unidos comienzan a cuestionar las nuevas seguridades que se les da ahora, los enemigos de la paz y estabilidad siguen cobrando fuerza. Para muchos, esta situación actual es la repetición de lo que pasó en 1930.
Tal como Neville Chamberlain, el exprimer Ministro del Reino Unido antes de la Segunda Guerra Mundial, el Presidente Obama piensa que la obtención de firmas en pedazos de papel hará que el mundo sea más seguro y haya garantías de paz. El hacer acuerdos con un país que denomina a Estados Unidos como el “gran satán” está fuera de orden.
Peor aún, las mismas agencias que se asignaron para verificar el cumplimiento de este caso están diciendo que no es posible. El país en cuestión es Irán, el principal promotor del terrorismo en todo el Oriente Medio y en otras partes del mundo. El problema que se plantea es el desarrollo de armas nucleares en este estado canalla.
El fracaso de la diplomacia estadounidense y la insistencia de Irán tendrán resultados calamitosos. Esto forzará a otras naciones de la a adquirir capacidad nuclear. Este será el resultado, ya que los Estados Unidos ya no es una nación digna de confiar en que mantenga su palabra. Esto se evidenció recientemente en Siria, en 2012. El presidente de los Estados Unidos estableció una línea roja sobre el uso de armas químicas contra los civiles. El presidente sirio, Bashir Assad, se adelantó y utilizó este tipo de armas con toda la potencia, sin importar las supuestas restricciones impuestas.
Se puede discutir sobre la sabiduría del Presidente Obama al hacer tal amenaza contra otro jefe de estado, pero una vez impuesta la sanción, tenía que haber habido consecuencias graves si el ultimátum se ignoraba. Aunque amenazas adicionales se hicieron, ninguna verdadera acción fue iniciada por parte de los norteamericanos.
Por supuesto, el Presidente Obama afirma que jamás hubo una línea roja, pero este tipo de mentiras son para la política interna. El mundo exterior no presta atención a la constante revisión de la historia y a la recalibración del pasado, basado en palabras y acciones. Estas narrativas son estrictamente para público estadounidense y no se toman en serio al extranjero.
No hay duda de que el Presidente Obama no pueda realmente ver la relación de lo sucedido en Siria, un aliado de Rusia, con los acontecimientos que están ocurriendo en Ucrania. La victoria de la Guerra Fría, buscada y lograda por el presidente Ronald Reagan y a una serie de líderes europeos, como la Primer Ministro británica Margaret Thatcher, en concierto con el dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, ya está desapareciendo rápidamente.
Vladimir Putin, como líder de la Federación Rusa, vio la oportunidad de cambiar el resultado de la Guerra Fría un poco tiempo; sería capaz de cambiar las fronteras de Europa de manera forzada. Ya había probado las aguas con la breve guerra contra Georgia en 2008, durante los últimos días de la Administración Bush. Los acontecimientos en Siria lo empoderaron, y supo correctamente que el Presidente Obama es duro con críticas, pero laxo cuando se trata de tomar acción. De ahí vino el anexo en 2014 de Crimea y la invasión del país más grande de Europa, sin contar a Francia y Rusia. Sólo hay que echar un vistazo al mapa para ver cuáles son los objetivos de Putin.
El hecho de que las fronteras de Ucrania se garanticen mediante un tratado firmado por Estados Unidos, el Reino Unido, Rusia y Ucrania en 1994, parece estar totalmente perdido en la administración Obama. Una vez más, se trataba de armas nucleares. Ucrania no tendría armas nucleares si su integridad territorial estaba garantizada. Al parecer, esto termina con otro pedazo de papel inservible.
Los tanques rusos cada vez entran más en las profundidades de Ucrania, y el Presidente Obama sigue hablando de si los Estados Unidos debería ayudar a los ucranianos a defender a su país. El hecho de que un país democrático no reciba ayuda norteamericana y de occidente, significa pase libre para los países opresores y agresores.
El objetivo final de Putin es la destrucción de la OTAN (Organización del Tratado Norteamericano), encabezada por los Estados Unidos y Europa Occidental. Recuerde que Vladimir Putin considera que la mayor catástrofe geopolítica del siglo 20, fue la disolución de la Unión Soviética y la consiguiente pérdida de estatus de superpotencia de Rusia. La alianza occidental ya se encuentra en grave peligro; las fuerzas rusas están presionando cada vez más en Ucrania. Esto se complica por la presencia de tropas rusas en el estado Transnistria, y la amenaza que plantea a la República de Moldavia, en el oeste de Ucrania. Moldavia también es una de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética, y Putin la quiere otra vez.
Belarús, al oeste de Rusia, ya está en línea con la política de Rusia, lo que significa que el siguiente destino lógico de Putin serán la repúblicas del Báltico. El hecho de que son miembros de la OTAN complica al régimen de Putin, pero no lo detendrá. Una clara invasión obligaría a entrar en guerra, ya que otros miembros de la OTAN en Europa demandarían una respuesta militar, así que es poco probable.
La estrategia que se utilizó en Crimea funcionará mejor aquí. Los países bálticos se componen de Estonia, Letonia y Lituania. Gracias a las políticas del exdictador soviético, Joseph Stalin, sobre migración forzada, los tres tienen grandes minorías de habla rusa. Algunos de ellos pueden ser simpatizantes de Rusia, lo cual proporciona la apertura que Putin necesita.
Como en Crimea, llegarán los “pequeños hombres verdes” (Little green men, por su nombre en inglés). Estos son hombres armados sin insignia oficial. Estos hombres son una mezcla de ruso y simpatizantes locales, los cuales pronto tomarán el control de las comunicaciones, el transporte y todas las palancas de poder gubernamental. En cuestión de días pueden consolidar poder. Esto puede lograrse fácilmente, si se tiene en cuenta de que la población de los 3 países combinados es inferior a los 6,3 millones.
La única manera de hacer que esto sea menos probable, es enviar tropas de la OTAN al norte ahora; esto complicaría la operación de Putin. Se trata de un paso que el Presidente Obama y algunos líderes políticos europeos no quieren tomar, pensando erróneamente que va provocar un ataque ruso. Después de todo, la razón de Obama del por qué Estados Unidos no armará a Ucrania militarmente, es que podría incitar a una mayor agresión rusa. El paralelo con lo sucedido en 1930 es horripilante.
Es posible criticar el intento de un acuerdo de cese al fuego entre la canciller alemana, Angela Merkel y el Presidente francés, François Hollande, con Putin. No obstante, ¿qué opción tenían?
El Gobierno de Obama sigue aferrándose a la creencia errónea de que todas las diferencias y los conflictos pueden manejarse diplomáticamente. Si el presidente de los Estados Unidos falla a la hora de actuar militarmente cuando Rusia se mueva contra las Repúblicas Bálticas, la alianza occidental se derrumbará.
El presidente Putin también es consciente del elemento de tiempo en su cálculo. Un nuevo presidente en Estados Unidos probablemente enfrentará la agresión rusa de manera diferente. El ejemplo puede verse claramente en la historia, si se considera el tiempo de la puesta en libertad de los rehenes norteamericanos en Irán en 1981; ocurrió mientras que el Presidente Reagan estaba siendo inaugurado. Los iraníes calcularon correctamente que esta nueva administración emprendería una guerra para proteger los intereses norteamericanos. Esta creencia, al final, impidió la guerra en ese momento. Es una lección que se ha perdido a través del tiempo; ese necesario estar listo para la guerra para poder preservar el orden.
Los enemigos de los Estados Unidos y el Oeste están plenamente conscientes de que su tiempo de acción es corto. En un período de tan sólo 2 años, un nuevo presidente podría dramáticamente cambiar el equilibrio del poder una vez más. Por lo tanto, es de suma urgencia el ampliar y consolidar logros rápidamente, mientras que el Presidente Obama siga a cargo.
El mundo será un lugar mucho más peligroso en los próximos 2 años, cuando país tras país sucumuban a la violencia y colapsen. La lista está creciendo con Siria, Irak, Libia, Yemen y Ucrania ya en el pantano. Otras naciones están en lista de espera. Estos incluyen: el Líbano, Afganistán, Malí, Nigeria, Pakistán, Sudán, Venezuela, y varios de los Estados del Golfo, y estos son solo algunos. El potencial crece con cada uno de los pasos en falso de los americanos y europeos.
Muchos aliados y amigos en el Medio Oriente se están armando y preparando actuar, ya que ven que el Presidente Obama no está preparado para tomar acciones militares en contra de ISIS.
Si uno está buscando indicios de esto, es solo necesario mirar el reverso de la política de los Emiratos Árabes Unidos. Las fronteras están siendo retiradas y se están rehaciendo con impunidad en el Oriente Medio. Incluso cuando los grupos están dispuestos a luchar por su propia seguridad y supervivencia, la ayuda de los Estados Unidos es lenta y desviada.
Es posible utilizar el ejemplo de los kurdos. En este momento están luchando por su supervivencia. Siguen llamando a los Estados Unidos y a otros países a ayudar. Los estadounidenses enviaron ayuda militar en este caso, pero insisten en que sea a través del gobierno central iraquí. El resultado es los kurdos no recibirán la ayuda que se destina para ellos.
Afortunadamente para los kurdos, Alemania no pasa por el gobierno central y los Kurdos reciben asistencia militar directa. Los kurdos podrían ser buenos aliados de los Estados Unidos, pero no si los norteamericanos siguen insistiendo en que sigan siendo parte de un corrupto y discriminatorio gobierno como el de Iraq.
El mismo caso se puede hacerse una y otra vez con diferentes grupos y países de todo el mundo. La administración Obama sigue enajenando a sus aliados y potenciales amigos, en la búsqueda de una absurda política exterior. Sabiendo que hay una ventana de oportunidad que se cierra, uno se pregunta si Corea del Norte o China harán un avance militar.
Los norcoreanos son totalmente impredecibles, pero China con sus vastas reclamaciones de territorio en el Mar de la China Meridional y Taiwán, puede pensar que es el momento de atacar, antes de que los americanos elijan un nuevo presidente. Es una pesadilla para los planeadores militares en Estados Unidos.
La próxima conflagración militar y económica presiona cada vez más en las mentes de los dirigentes en el Oeste. Crece el temor en más capitales europeas y ciudades de todo el mundo, ya que la violencia y desorden internacional se intensifican.
En Washington, el público estadounidense se expone diariamente al espectáculo de un interminable desfile de juegos de palabras y de ideologías personal partidistas. Sería casi divertido si las circunstancias mundiales no fueran tan terribles. El Gobierno de Obama continúa equivocándose y tropezándose, totalmente ambivalente a la próxima catástrofe.
Publicado el 03 de Marzo Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman