El Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el equivalente de un banco central, ha sido el principal impulsor del crecimiento económico artificial, no sólo en casa, sino en todo el mundo. La histórica baja de las tasas de interés, establecidas desde 2008, ha creado una distorsión en la economía interna, que a su vez ha creado burbujas en algunos sectores. Lo mismo se puede decir internacionalmente con la superabundancia de dólares estadounidenses; ha tenido un efecto similar en los diferentes mercados.
Rondas masivas de flexibilización cuantitativa, que terminó oficialmente el pasado otoño, también ocasionó trastornos en el crecimiento económico. Es como si la Reserva Federal (Fed) hubiera tomado como parte de sus políticas, el hacer una derogación del ciclo económico.
Tradicionalmente, el papel de la Fed ha sido el de gestionar las tasas de inflación. En otras palabras, “dominarla”. Esto es lo que ha sucedido desde que el banco ha existido. En tiempos más recientes, el mantener un ritmo más lento de desempleo se ha convertido en una de las nuevas responsabilidades de la institución. En su configuración actual, el papel se ha ampliado enormemente, y se ha involucrado cada vez más en el bienestar económico de la nación.
La gran expansión de la oferta de dinero y las tasas de interés excepcionalmente bajas, han resultado en una recuperación parcial del mercado inmobiliario en partes del país, y el sobrecalentamiento de un mercado de valores. La sobrevaloración de los mercados tiene una correlación directa con la fácil disponibilidad de dinero y extraordinariamente bajas tasas de interés durante un período prolongado de tiempo.
El colapso de métodos más tradicionales de inversión ha dejado sólo dos sectores donde se pueden ver realmente algunos resultados. Esos serían: mercado de valores y, en menor medida, las actividades inmobiliarias en mercados seleccionados. Todo lo demás proporciona bajas tasas de retorno, por lo que han caído en uso por parte de la mayoría de los inversores.
Para tratar de evitar, o mitigar la crisis económica, la Fed ha creado una burbuja, no sólo en el mercado de valores, sino también en un número de empresas e instituciones, lo cual tendrá un enorme impacto una vez que la economía finalmente se deslice hacia la recesión. La desaceleración en el sector inmobiliario ya ha comenzado, y pronto estará seguida de una corrección importante en el mercado de valores; podría ser en unos meses.
La economía se estancará y la recesión llegará poco después. La Fed tiene poco margen de maniobra, puesto que la norma para remediar las contracciones en el crecimiento económico es bajar las tasas de interés. Aunque este escenario de tasas aún más bajas es posible, pronto se llegará a una política monetaria sin sentido. Esto significa tasas que tienden a cero, o como es el caso de naciones como Dinamarca y Suecia, tasas de interés negativas.
Incluso el mencionar la subida de las tasas de interés hace que el mercado tenga fuertes movidas cada vez. La lingüística de lo que dice la presidente de la Reserva Federal (Janet Yellen) es estudiado cuidadosamente cuando habla públicamente. Cuando habló a principios de este mes, no empleó la palabra “paciente”, pero se apresuró a señalar que mediante la extracción de esa palabra, la Fed no ha pasado a ser impaciente. Las tasas de interés más altas son necesarias, no sólo para que la inversión vuelva a un entorno normal, sino que también provee algunas herramientas para cuando la economía empiece a estropearse. Tal vez ya es demasiado tarde para esta perspectiva.
La Fed no será capaz de volver a la flexibilización cuantitativa a gran escala en el futuro cercano. La utilización de la política fiscal, como un recurso con estímulo masivo, también es poco probable, dada la casi inmanejable deuda nacional. Ya en más de 18 trillones de dólares (dólares de los Estados Unidos), supera el total del PIB (Producto Interno Bruto) del país.
La deuda no financiada es de $120 billones de dólares EE.UU.; son otro freno para un nuevo gran plan de gastos para contrarrestar los efectos de la tendencia bajista de la economía.
El déficit presupuestario ya estará aumentando lo suficientemente rápido, mientras que los ingresos del gobierno caen, en respuesta a la caída del PIB. De hecho, la única manera en la que los Estados Unidos pueda esperar seguir por encima del monstruo de la deuda, dado el actual clima político, es tener un crecimiento mucho más rápido del que ha tenido en los últimos 6 años.
Por lo tanto, uno debe preguntarse: ¿qué disparos quedan en el cañón? ¿Qué hará la Fed para disminuir el dolor de la recesión? Habrá un fuerte incentivo político para proporcionar al menos algún tipo de alivio, en el momento en el que el desempleo y la quiebra de empresas comiencen a elevarse en un mercado que se contrae.
La actual política monetaria de regresar gradualmente a las condiciones de mercado es como caminar en la cuerda floja. El ir demasiado rápido creará una grave volatilidad del mercado accionario y una deflación rápida de los precios de los activos. Mantener el equilibrio actual se hará cada vez más difícil, ya que el tiempo para hacer ajustes se agota. El mercado alcista tiene más de 6 años de edad y está viviendo más allá de la expectativa de vida normal, si usa a la historia como guía. Ahora se está viviendo el 4º mayor mercado alcista desde finales de los 1940 ‘s.
Lo mismo es cierto para la actual recuperación económica, la cual es probable que se dirija hacia su propio crepúsculo. Todo comenzó en junio de 2009 y, aunque ha sido mucho más lento que los anteriores incrementos en el ciclo de negocios, pasó de la 5ª posición, a la 4ª mayor recuperación desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Con 70 meses, sólo el auge tecnológico de los 1990 ‘s, el boom de la década de 1960, la época de Ronald Reagan de la década de 1980, y el auge de la vivienda de la década de 2000 han durado más tiempo. La recuperación actual está a punto de pasar de su tiempo esperado, el cual ha sido asociado con el último boom de bienes raíces, el que finalizó en 2007 y 2008.
Internacionalmente, la Reserva Federal ha inundado a los mercados mundiales a la melodía de trillones de dólares de E.E.U.U. Ya que es la moneda de reserva de comercio y las finanzas internacionales, esto ha permitido a los Estados Unidos la opción de exportar los problemas de deuda y de un crecimiento más lento al resto del mundo, en cierta medida. Como muchos de los productos tienen el precio en dólares americanos, esto creará un efecto inflacionario, ya que hay más dólares en circulación.
Ya que los Estados Unidos aún poseen la economía más grande del mundo, y el mayor poderío militar, la mayor parte del mundo seguirá aceptando USD. Esto irá gradualmente cambiando, a medida que las naciones y los grupos de los países comiencen a formar arreglos alternativos para ir más allá del dólar americano y las instituciones que le brindan apoyo.
Por lo tanto, la evolución de instituciones, tales como la fundación de la BAII (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura), que tendrá su base en China, se está produciendo por encima de las objeciones de los Estados Unidos. Las naciones “chárter” serán naciones aliadas estadounidenses, como Francia, Alemania, Italia, Corea del Sur y el Reino Unido. Se adicionarán naciones tan diversas como Rusia, India, Kazajstán, Tayikistán, Nueva Zelanda, Singapur y Uzbekistán.
La Fed está cada vez más hundida con el financiamiento del enorme y creciente déficit fiscal y comercial de los Estados Unidos. El balance está en más de $4.5 trillones de dólares EE.UU.; hay una cantidad enorme de deuda. En el comienzo de la gran recesión de diciembre de 2007, la Fed sólo debía $700 billones de dólares. Este ha crecido a los actuales niveles, a finales del 2014. Va a ser difícil mover esta enorme suma a través de la economía, ni siquiera una tan grande como la de los Estados Unidos, que es de $17.7 billones del PIB.
La adicción a la deuda demostrada por el gobierno de los Estados Unidos continuará paralizando a la Fed en el tratamiento de la pérdida de influencia financiera estadounidense y la caída del prestigio en el extranjero. Cada vez más, un mayor número de naciones en el mundo, encuentran maneras de eludir la actual dependencia del dólar de los Estados Unidos. A menos que los Estados Unidos decida cambiar de rumbo y ponga en orden su situación fiscal, la Fed seguirá perdiendo la capacidad de influir sobre los acontecimientos internacionales y, por lo tanto, mantener la hegemonía en las finanzas internacionales. En las circunstancias actuales y con los acontecimientos mundiales en curso, el banco central de Estados Unidos se está convirtiendo verdaderamente en un león en invierno.
Publicado el 30 de Marzo Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman.