Muchos inversionistas saben bien que el plazo para un acuerdo nuclear entre Irán y el Occidente era el 24 de Noviembre. Se ha convertido en una competencia entre Estados Unidos y los mullahs iraníes. El problema es que Obama desea mucho hacer el acuerdo, y puede que otorguen demasiado. Irán quiere convertirse en una potencia nuclear como parte del trato. Estados Unidos y sus aliados no quieren que esto suceda. Es poco probable que haya un acuerdo entre las partes.
Lo más probable es que se extienda el plazo, lo que le daría a Irán un tiempo para conseguir armas. Esto fue lo que hizo Corea del Norte en la presidencia de Clinton en 1990. Se siguieron las “negociaciones” mientras que Corea usaba su tiempo. Una vez que en Pyongyang se anunció que tenían capacidad militar, no había más espacio para negociar. Esto fue un fracaso. Desde ese entonces, el gobierno norcoreano ha sido una amenaza internacional. Solo es la debilidad norcoreana y los impedimentos chinos que previenen más desorden.
Lo anterior es muy posible que se repita. Estados Unidos fue imponente con las sanciones que puso, tanto como para llevar a los iraníes a dialogar, pero ha tenido poco impacto. Estados Unidos bajó el grado de las sanciones, para hacer que Irán cooperara, pero será más difícil controlarlos si no hay un trato. O peor, uno sin significado.
En el medio oriente, la situación es distinta a la de Corea del Norte, puesto que si hay alguna amenaza nuclear en Corea, Estados Unidos tiene a sus aliados listos para borrarla del mapa. Sin embargo, la situación geopolítica es distinta en Irán. Los vecinos inmediatos de Irán no son muy tolerantes con la idea de que obtenga armas nucleares, pero Israel, lo prohibirá. Los iraníes siguen empeñados en la total destrucción del estado de Israel. Y ahora con Irán adquiriendo armas, los israelíes saben que se acaba el tiempo.
EN el 2006, las sanciones de la ONU fueron más severas que las de Estados Unidos, ya que era un esfuerzo global para que Irán no consiguiera armas nucleares. El problema es que estas sanciones no han prevenido el proceso de consecución de las mismas. EL hecho de que Irán las pida para “fines pacíficos” es más preocupante aún.
Las sanciones impuestas por las potencias occidentales y las Naciones Unidas han hecho la vida más difícil para el pueblo iraní. Esto ha causado que algunos en Occidente cuestionen la legitimidad y moralidad de estas mismas sanciones. Un problema adicional es que el Occidente quiere golpear la economía de Irán para inducir un cambio en la política del gobierno allí, a partir de 2010. Desafortunadamente, Rusia y China no.
En el lado positivo de las potencias occidentales, la caída de los precios del petróleo han puesto más presión sobre el gobierno iraní. Ahora los ingresos del petróleo se han reducido a la mitad, debido a las sanciones, se deben caer aún más. Como parte de sus objetivos de política exterior, Arabia Saudita es cómplice y está ayudando para que los precios internacionales del petróleo lleguen a niveles no vistos en cuatro años. Los saudíes son muy conscientes de que los iraníes necesitan precios del petróleo, y por lo menos que sean muy por encima de $ 100.00 USD para equilibrar su presupuesto nacional y $ 135.00 USD para la industria petrolera dentro del condado para ser verdaderamente rentable. El precio del petróleo Brent está ahora rondando los $ 80.00 USD.
Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahrein, y otras monarquías que circundan el Golfo Pérsico no están contentos con las ambiciones nucleares iraníes. Si Irán tiene éxito en convertirse en una potencia con armas nucleares, esto creará una comoetencia de armas en la región. También animará a otros países de la zona para aspirar a las ambiciones nucleares como un mecanismo de defensa propia. A pesar de que nunca ha reconocido el hecho, Israel es el único país de la región que tiene la capacidad en la actualidad para detonar un arma nuclear.
Los iraníes han informado que los Estados Unidos se ha comprometido a permitir que Irán opere alrededor de 4.000 centrifugadoras. Ya que Irán tiene 19.000 de estos dispositivos de los cuales 10.000 están trabajando, realmente eso sería un compromiso importante. Si esto se acordara, sería alargar el tiempo que los iraníes necesitan para producir el combustible para bombas atómicas. Sin embargo, lo resultado podría muy probablemente ser una política cuestionable del “gato y el ratón”. Será una repetición de lo que los inspectores internacionales experimentaron en Irak, antes de la invasión estadounidense de ese país en el 2003. Eso es lo que muchos expertos en Occidente, particularmente aquellos en Estados Unidos, temen. Eso es un acuerdo, que no tiene ningún mecanismo real para el cumplimiento y supervisión.
La experiencia de lo que sucedió con el gobierno iraquí, que medio cumplió con las demandas occidentales, sigue siendo en gran medida lo que desean hacer los líderes en Irán. Las circunstancias de lo ocurrido en Libia con la derrocada de Gadafi, incluso después de que renunciara a su programa de armas de destrucción masiva, obliga a los iraníes a ser aún más cautelosos. Aunque bien podrían contar con que la actual administración estadounidense no ataque o invada su país, en 2017 habrá un nuevo presidente norteamericano. Es bastante evidente que este nuevo presidente será más asertivo en la proyección de los objetivos de poder y de política exterior de los Estados Unidos.
Hace un año la economía iraní estaba al borde del colapso, cuando la administración de Obama permitió imprudentemente que algunas sanciones fueran levantadas. El acuerdo provisional permitió que la economía de Irán se recuperara hasta el punto de que ya no tienen que consumar un acuerdo la próxima semana. Los norteamericanos regalaron una ficha principal de negociación. Sin un acuerdo, en un año los iraníes tendrá armas nucleares en su poder.
El alivio de las sanciones ha permitido que la recuperación económica en Irán que se produzca. La inflación ha disminuido y las exportaciones han subido. Irán ya está abierto para los negocios y tiene el aspecto de una mejor oportunidad de inversión, mucho más que en el pasado. La economía recuperado de un colapso, sin concesión real por parte de los iraníes.
¿Qué significa este impasse diplomático y qué puede provocar? Irán va a convertirse en una potencia nuclear. La actual administración de Estados Unidos con Obama no tiene la voluntad ni el coraje para detenerlo. Israel puede desear atacar a Irán y de hecho puede hacerlo, pero no es una guerra que Israel puede ganar. Un ataque a las instalaciones nucleares, que es el escenario más probable, no impedirá que Irán adquiera armas nucleares. Muchos de los sitios atómicos se han fortalecido y están ocultos, por lo que la fuerza aérea israelí no podrá eliminarlos todos.
Las naciones del Golfo Pérsico comprarán tanto armamento ofensivo y defensivo, de los arsenales de armas de Europa y Estados Unidos. El nuevo presidente de Estados Unidos se quedará con la necesidad de organizar a los países ricos pero vulnerables de todo el Golfo, en una alianza defensiva bajo la tutela de Estados Unidos.
Irán utilizará por supuesto la nueva influencia que tiene militarmente, por amenazar a sus vecinos. Esto se puede hacer tanto de forma encubierta y abiertamente. Como resultado, muchas corporaciones internacionales reconsiderarán los planes de inversión en la región, ya que la zona se vuelve más desestabilizada. Bien puede haber una serie de activos occidentales que se venderán, miestras que la amenaza de la guerra aumenta con el tiempo.
Los Estados Unidos y sus aliados insisten en mantener el Golfo Pérsico, en particular el Estrecho de Ormuz, abierto al comercio y más importantemente, el transporte de petróleo. Si los iraníes intentan cerrar esta vía fluvial de vital importancia, podría estallar una guerra.
Como es de esperarse, más de la riqueza del petróleo de la élite privilegiada local será reubicada en Europa y América del Norte. Es una forma para salvaguardar las inversiones en caso de una catástrofe en la región. Ese escenario siendo el uso de armas nucleares o de una guerra mayor.
Lo que es cierto para todos los analistas, es que será necesaria una mayor precaución para futuras inversiones y el desarrollo de la región por parte de intereses extranjeros. Los costos de seguros tendrán que ser más altos para cubrir el riesgo mayor en hacer negocios en esta zona del mundo. Los grandes bancos estarán más prevenidos de prestar dinero a empresas en la región. Esto dará lugar a un menor crecimiento económico y más descontento entre la juventud árabe, que conduce a la inestabilidad política. El mundo podría ser testigo de la caída de uno o más gobiernos en el Golfo Pérsico. Así, el Medio Oriente y el mundo serán lugares mucho más peligrosos, con un Irán con armas nucleares.
Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman