En un esfuerzo por fomentar la inversión en China, el gobierno ha relajado los requerimientos de reservas bancarias. Es otro intento de mantener la tasa de crecimiento económico de China en por lo menos el 7%. El último corte fue el 4 de febrero, cuando se hizo una reducción de 50 puntos básicos. Ese fue el primer corte hecho desde el año 2012. Esto destaca la determinación de los dirigentes chinos para combatir la desaceleración económica, la cual ahora está empezando a tomar fuerza.
El último corte constituye en la mayor reducción individual en los requisitos de reservas desde la crisis bancaria mundial del 2008. Aunque una serie de analistas esperaban algún tipo de disminución, no era a esta escala. El Banco Central de China redujo la proporción de todos los bancos en 100 puntos básicos al 18,5%, efectivo a partir del 20 de abril. La esperanza es que esto vaya a alentar los préstamos de los bancos en la segunda mayor economía del mundo.
El crecimiento del primer trimestre de 2015 fue de 7%, pero fue a duras penas. La disminución de la producción industrial y las ventas minoristas, agravadas por las fábricas con el tope de capacidad, están pesando en la economía. La desaceleración en el mercado inmobiliario, el cual se ha sobrecalentado, se está esparciendo en muchas zonas del país. Este mismo sector es, en gran parte, responsable por la excesiva deuda local.
A pesar de los últimos esfuerzos monetarios, China pronto experimentará la menor tasa de crecimiento del último cuarto de siglo. La tasa de 7,4% de expansión del 2014 no va a ser posible para el 2015 ó el 2016. El objetivo ahora es por lo menos mantener la actual expansión de 7% en el PIB (Producto Interno Bruto).
Aunque es obvio que los funcionarios chinos quieren aumentar los préstamos, también desean que los bancos reduzcan la cantidad de préstamos insolventes y que sean más rentables. Como resultado, los bancos chinos están reacios a ampliar sus créditos a los clientes que son menos viables. En el pasado, los préstamos a las empresas resultaba ser la mejor alternativa, versus los préstamos individuales. Sin embargo, en el actual entorno económico, los ejecutivos de las compañías no se arriesgan a hacer nuevas inversiones, dada la débil demanda interna y los saturados mercados globales. Esto se combina con debilitante poder de fijación de precios de los productores. Los costos ya no pueden ser simplemente pasados al consumidor. La competencia doméstica se ha tornado mucho más intensa en los últimos años.
China está atrapada en el mismo dilema que las otras potencias industriales. Un grupo de economistas sigue pidiendo más estímulos, mientras que el otro lado insiste en que las reformas estructurales son el camino único para un crecimiento económico sostenible.
Parece, por ahora al menos, que los funcionarios chinos están buscando una solución rápida. Además del recorte global de la RRR (Proporción de Requerimientos de Reserva, por sus siglas en inglés), hay más objetivos. Los bancos locales y cooperativas a nivel de las aldeas se les permitieron reducir su RRR en un extra de 100 puntos básicos, con lo que hacen el total de 17,5%. Otra excepción fue hecha por el Banco de Desarrollo Agrícola de China. Este importante prestamista del gobierno se le permitió hacer una reducción de unos extra 200 puntos básicos.
El Banco Central también ha recortado las tasas de interés en dos ocasiones desde noviembre de 2014. Se realizó para revivir a la demanda, mediante la reducción de los costos generales de endeudamiento. Los costos de los préstamos a corto plazo sin duda han bajado, pero los préstamos a largo plazo continúan a la alza. Las tasas reales de interés en China han sido las más altas del mundo industrializado, por lo que los chinos tienen un cierto margen de maniobra.
La última reducción del RRR servirá mientras tanto para proporcionar una liberación de cerca de 1,2 trillones de yuanes, o el equivalente a $ 200 billones de USD (Dólar Estadounidense). Se ha creado una importante concentración en los mercados de valores en otras partes, como lo son Asia, Europa y Estados Unidos, debido a lo anterior. En la China ha habido una cierta estabilización en los mercados de valores, después de haber tomado un duro golpe cuando los reguladores del gobierno, la semana pasada, hicieron más difícil a los inversores el comprar acciones con dinero prestado. También se hizo más fácil apostar en contra de las acciones mediante las ventas en corto.
Junto con el bombeo a los bancos con liquidez adicional, el liderazgo chino está considerando la compra de bonos del gobierno local. Estos, a su vez, se pueden utilizar como un tipo de garantía, al ofrecer bajas tasas de interés y préstamos a largo plazo, del banco central a las instituciones financieras regionales. Esto añade un impulso adicional para que los bancos locales aumenten la financiación otorgada, lo que a su vez ayudaría a fomentar el crecimiento. Así se espera que funcione.
El problema radica en que estos exactos procedimientos de compras de bonos no funcionaron bien en Europa, en la restauración de un crecimiento sostenible. Hacer esta práctica monetaria la solución única y total para la desaceleración del crecimiento en China, tiene graves repercusiones, y tiene poco sentido. Debe haber diversificación, tanto en soluciones como en medidas. La razón por la que las empresas pequeñas y medianas no están pidiendo dinero prestado es porque hay una falta de confianza en la forma como se está gestionando la economía china. Por lo tanto, es posible conjeturar que no es la falta de crédito lo que impide nuevas inversiones; es la falta de voluntad.
Muchas de estas maquinaciones para aumentar la liquidez y el acceso al crédito no conseguirán los resultados deseados. La razón de esto es que gran parte de este dinero nuevo terminará en las cuentas bancarias de aquellas personas y empresas que hacen parte del problema. Muchas de estas empresas no son competitivas en el mercado abierto y muchos políticos locales continuarán desviando los fondos a las empresas menos productivas. Las empresas estatales son un ejemplo perfecto de esto. Estas siguen perdiendo dinero, pero se les permite seguir abiertas a pesar de esto; se conocen como empresas zombis.
Hay indicios de que el gobierno chino permitirá que la quiebra sea un lugar común para muchas empresas. Es una reforma necesaria forzará a las empresas perezosas a ser más eficientes. Por supuesto, todavía hay ansiedad por el aumento del desempleo como el resultado final de lo anterior; es una preocupación más grande que se está desapareciendo.
El gobierno de China prometió en 2013 que las fuerzas del mercado cada vez más dominarían a la economía doméstica. Es la única manera expedita en la que las actuales distorsiones en la economía china, finalmente, puedan ser tratadas. Sin embargo, según la actual dirección, parece mucho menos polémico y políticamente más popular, el continuar patrocinado estímulos de diversos tipos. Los verdaderos reformistas entienden lo que está pasando, pero siguen siendo rechazados por los líderes que son más cautelosos y que tienen mayor autoridad. En lugar de enfrentar las consecuencias de una mala asignación de recursos, es mucho más fácil comenzar la siguiente ronda de estímulos. Esto será posible hasta que no haya más opciones.
Publicado el 23 de Abril Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman.