Por: Jeffrey Hagenmeier / traducción: Tomas Eastman
Los inversionistas han visto cómo han bajado los precios del petróleo desde Junio en un 25%. Es un indicador de la desaceleración de la economía mundial y cómo se tornan turbias las acciones en todo el mundo. Es un alivio para los consumidores en Asia Oriental, Europa, América Latina, y Estados Unidos. Está estimado que solo en América los ahorros generados gracias a esto en cuanto a transportación serán de 500 USD por familia anualmente. Al mismo tiempo, traerá inestabilidad financiera y monetaria a los países que dependen de las ganancias del petróleo. Estas son: Irán, Rusia y Venezuela. Los tres han estado en oposiciones agresivas en contra de Estados Unidos y tratando de traer disturbios a la comunidad internacional. Esto fue posible cuando subían los precios del crudo, pero ahora, se ha hecho más complejo para las anteriores naciones.
Los gobiernos en cuestión todos dependen de los recibos del petróleo, casi la mitad de los presupuestos nacionales. Los tres dependen de los precios, los cuales son irreales para las condiciones presentes del mercado. Rusia necesita financieramente que valga por lo menos $100 USD barril. Irán está en peores condiciones, ya que necesita que el precio esté por los $140 USD el barril. Venezuela por su parte lo desea en $120 USD. La semana pasada se vio cómo el Brent bajó hasta los $85 USD el barril. El viernes pasado llegó a un bajo de $77.65 USD. Si el precio se queda en estos niveles ($80 USD el barril), Venezuela perderá entre $8 y $10 billones de dólares estadounidenses anualmente.
En Venezuela el declive de precios de energía no pudo haber llegado en un peor momento. El país ha traído gran influencia en América Central y Cuba con petróleo subsidiado en grandes cantidades. El año pasado, las ventas llegaron a los $114 billones de dólares. Solo Cuba, recibe por lo menos $10 billones de dólares en beneficios energéticos de Venezuela, a un precio mucho menor del que paga el mercado. La pregunta es: ¿Puede el gobierno costear una política externa que está basada en ingresos por petróleo? La respuesta que viene es: No.
Lo irónico es que Venezuela tiene las reservas más grandes del mundo.
Los inversionistas con fondos en Venezuela pueden ver la crisis fiscal actual. Hay escasez de moneda fuerte para pagar aerolínea foráneas y a las compañías que manufacturan medicamentos. Mientras que hay una posible especulación por déficit soberano por endeudamiento internacional, los costos y las deudas siguen aumentando. Aunque el gobierno insiste que los créditos serán pagados, los analistas aseguran que solo hay una forma de hacerlo: Si los precios e ingresos por petróleo aumentan una vez más. Adicionalmente, tendrán que cesar las asistencias y subsidios en forma de petróleo para otros países. Es también preciso que una devaluación de la moneda suceda. La tasa de cambio actual es de 6.3 bolívares por USD. Es una valuación irreal que no perdurará. Alguna reforma del gobierno traerá devaluación, muy seguramente.
En respuesta a las crisis por escasez de comida, el gobierno está racionando la comida y los productos básicos. Las otras dos naciones en el mundo que hacen lo anterior son Cuba y Corea del Norte. Lo que ha traído a Venezuela a esto es la alta intervención del gobierno en el mercado y la economía. Lo que ha empeorado la situación son las nacionalizaciones que se han llevado a cabo a las empresas privadas. La industria local ya no es productiva.
El complejo programa de moneda no permite al país el recaudar suficientes dólares para pagar las importaciones necesarias e incluso las materias primas para procesos de manufacturas internas.
El gobierno es insistente en que la escasez del país se presenta es por contrabando. Los viajeros extranjeros verán cómo muchos productos tienen controles en los precios, lo que incentiva el saqueo de los mismos y las ventas en países aledaños, como lo es Colombia. Se calcula que un 10% de los productos básicos son vendidos por fuera del país. El contrabando es un problema, pero el gobierno anuncia que la cantidad es cercana al 40%.
El gobierno ha respondido al problema al cerrar cada noche la frontera con Colombia.
También ha habido arrestos masivos de contrabandistas y compradores, donde se cree que los oficiales del gobierno han estado involucrados.
Además de los productos de consumo, ha habido racionamiento de otros productos básicos. Por ejemplo, la oferta de agua se corta casi la mitad del tiempo, para lidiar con la escasez. La gasolina que es masivamente subsidiada también es limitada en cuanto a ventas a los consumidores. Cuesta menos de un penique un galón, mientras que en Colombia se acerca a los 4.00 USD. Ya se puede ver el incentivo para los contrabandistas.
¿Qué tan cercano está el país de un déficit? De hecho, ya está en obligaciones crediticias con China. Venezuela es el beneficiario de la mitad de los préstamos chinos en la región. Desde el 2006, el país ha prestado un total de $50 billones de dólares. De los 640,000 barriles de petróleo que se exportan a China diariamente, casi la mitad se dirige a mitigar la deuda con la nación. Se hizo público la semana pasada que Venezuela y China habían modificado los términos del préstamo. China no tenía opción. La única forma en la que Venezuela podría cumplir los términos del préstamo es si se incrementaban las cantidades del crudo exportadas. Esto no se hace fácilmente, especialmente bajo las circunstancias en las que se encuentra Venezuela.
La duración de tres años del préstamo ha sido extendida de manera indefinida. Esto se debe a que Venezuela es libre de exportar tanto o tan poco como quiera a China para el servicio de la deuda. Esta acción libera capacidad de petróleo para otras cosas, pero es poco probable que en el futuro China le preste a Venezuela, sobre todo con el presente régimen del presidente Maduro. Los ahorros son aproximadamente de $25 millones USD diarios, o $9 billones USD al año los que se generan con la deuda.
La situación previamente mencionada ilustra lo desesperado que se ha vuelto el gobierno Venezolano. El hecho consumado presentado a China no es la forma en la que una nación debe conducir sus negocios y tampoco pretender ser respetada en el ámbito internacional por ello.
La venta inminente de la compañía Venezolana CITGO con base en Estados Unidos se espera que genere un ingreso de $10 billones de dólares. Los venezolanos también tienen una participación del 50% en la refinería Chalmette en Louisiana, junto a Exxon. Esta inversión estará prontamente en una subasta.
Hay un pago por bonos internacionales de $3 billones de dólares que Venezuela tendrá que pagar la próxima semana. El gobierno sigue insistiendo en que las obligaciones serán cumplidas y que están completamente preparados para las incertidumbres que llegan en el mercado del petróleo. Venezuela deberá volver a pagar $10 billones de dólares en los próximos 3 años.
Cabe notar que el 96% de las reservas en moneda extranjera son ganancias por ventas del crudo. Las reservas internacionales han caído más de 30% desde el comienzo del 2013. Ya han llegado a un bajo de $19.78 billones USD.
La posición sin sentido del gobierno puede ser visible a través de su presupuesto para el 2015. Dentro de la presentación está la creencia de que la inflación estará en un rango entre 25% y 30% y que el crecimiento económico será de 3%. La inflación corre como nunca ubicándose en el 60% y el país se encuentra en una recesión en la que muy posiblemente se mantendrá en los próximos años. Los expertos esperan que el PIB (Producto Interno Bruto) de Venezuela caiga en un 2.9% el próximo año después de una disminución del 4% este año. Adicionalmente, el déficit fiscal es probable que llegue a 3% o 4% del PIB tanto para 2014 como para 2015, aunque el gobierno insista en que así no será.
El futuro de Venezuela es precario. Habrá un déficit fiscal o un cambio en el gobierno. Es un asunto de esperar. Si la presente crisis continúa, ambos escenarios se volverán más probables. Excepto por los activos extranjeros, los inversionistas deben mantenerse alejados de Venezuela por ahora.